Nezahualcóyotl, héroe y vasallo en la Suma relación de todas las cosas que han sucedido en esta Nueva España. Nezahualcóyotl, hero and vassal in the Suma relación de todas las cosas que han sucedido en esta Nueva España. DOI: 10.32870/revistaargos.v12.n30.6.25b Jaime Rafael Barrientos Tapia Esta obra está bajo una Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0. Recepción: 20/02/2025 |
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Resumen: Palabras clave: Vasallo. Héroe. Nezahualcóyotl. Alva Ixtlixóchitl. Abstract: Keywords: Vassal. Hero. Nezahualcóyotl. Alva Ixtlixóchitl.
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Introducción. Sin embargo, como Sergio Vásquez Galicia razona, al ceñir su producción historiográfica a los intereses meramente económicos del acolhua, el análisis se limita, pues no se puede dar cuenta satisfactoriamente de sus motivaciones. Para el historiador, hay, también, “un interés genuino por indagar en un pasado que creía a la altura de las culturas clásicas, pero sin olvidar las pretensiones de prestigio social y beneficio económico” (2021, p.31). Este impulso provocó, a su vez, una búsqueda por el reconocimiento de la cultura texcocana, así como un esfuerzo por incorporarla a la historia universal cristiana y otorgarle su merecida fama. Es, pues, en este proceso, donde la imagen de Nezahualcóyotl ocupa un lugar fundamental, ya que, como Diana Pérez Gerardo explica el príncipe de Texcoco es la figura ideal, pues cumple con las virtudes occidentales de los gobernantes, aunque profese la fe equivocada. (2009, p.224). En su Ensayo historiógrafo sobre Don Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, Eugenio del Hoyo mencionaba que esta virtuosidad distaba mucho del Nezahualcóyotl real, por lo cual, propuso distinguir entre el histórico y el legendario. Éste último es, según del Hoyo, una fantasía cercana a la utopía (1957, p.340), la cual estaba cimentada en la educación humanística recibida en el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco[2]. El neolonés señalaba la influencia de la tradición occidental en la construcción del discurso de de Alva Ixtlilxóchitl, además de mostrar paralelismos con la Crónica alfonsí y la Biblia. Por ejemplo, señala el capítulo XX, de la Historia Chichimeca, donde ocurre la matanza de niños ordenada por el tirano Tezozómoc, convirtiéndolo en el Herodes tepaneca. Casi al final de su estudio, en un breve ejemplo, esboza un vínculo sumamente interesante entre el romancero, y en específico, con la imagen del Cid, sólo que esta no está relacionada con el tlatoani texcocano, sino con su hijo, el infante Axoquentzin y la profecía de vengar a su padre, que relaciona con el Romance de Don Rodrigo de Lara, donde un bastardo venga a su padre,o algunos otros, donde un Cid infante venga las ofensas hechas a su progenitores (del Hoyo, 1957, p. 359). Los hallazgos plantean la posibilidad de localizar más rastros del Cid en otras relaciones de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl. Así pues, los objetivos del presente texto son, primero, identificar algunos rasgos del héroe vasallo cidiano en la configuración del personaje de Nezahualcóyotl, además de localizar otros rasgos heroicos provenientes de un género popular en ese tiempo, que influyó en otras crónicas de Indias, como lo fueron los libros de caballerías. En un principio, hay que recordar la situación inicial de Ruy Díaz: es desterrado por orden de Alfonso VI; en igual condición se encuentra Nezahualcóyotl, quien después de presenciar la muerte de su padre, Ixtlilxóchitl I por órdenes de Tezozómoc, decide escapar a la serranía. Asimismo, el recibimiento del Campeador en Burgos es parecido al que tendrá el príncipe al llegar a su refugio, del primero se cuenta que: “Burgeses e burgesas por las finiestras son,/ plorando de los ojos, tanto avién el dolor,/ de las sus bocas todos dizían una razón:/ —¡Dios, qué buen vassallo, si oviesse buen señor!” (Anónimo, 2014, p.7). Sobre el recibimiento del texcocano se narra que:
Así pues, las circunstancias son semejantes: ambos se encuentran en el exilio, a la espera de recuperar aquello perdido; el Cid, la honra; Nezahualcóyotl, su reino. En esta larga travesía, los dos darán muestra de una serie de cualidades que perfilarán su carácter heroico. Sobre este tema, Ramón Menéndez Pidal delimitó las características del héroe en el Cantar del Mío Cid, que para los fines de este trabajo servirán de sustento al momento de destacar aquellas que se encuentran asimismo en la personalidad del tlatoani. En primer lugar, el filólogo español resalta su fidelidad, pero, sobre todo, enfatiza que no es “a la persona del señor bajo el cual combate; es la fidelidad hacia el rey perseguidor” (Menéndez, 1929, pp.633-634). Rodrigo Díaz de Vivar sigue actuando en nombre de Alfonso VI, pese a su exilo, incluso cuando toma Valencia, lo hace en nombre de él. En la relación de Ixtlilxóchitl, observamos al príncipe texcocano respetar la jerarquía de Tezozómoc, el asesino de su padre, a pesar de su persecución, pues les pide a sus súbditos que “se partieran para Tezcuco y miraran por sus casas y haciendas, y aguardaran lo que el tirano mandara” (Alva de Ixtlilxóchitl, 2021, p.157). Más adelante, se le concederá el regresar a su reino, gracias a la intervención de sus tías. Cuando Tezozómoc fallece, se presenta en sus honras para dar el pésame a sus deudos: “presentó a los hijos del tirano ciertos aderezos y joyas de oro” (Alva de Ixtlilxóchitl, 2021, p.174). Aun cuando Maxtla, sucesor de Tezozómoc, ordena aprisionar a Chimalpopoca, su tío, por haber confabulado en su contra, decide acudir ante él y mediar por su libertad: “viendo que su tío estaba preso y que se habían pasado algunos días después de las honras, por hacer de ladrón fiel acordó aquella noche ir a Azcaputzalco y llevarle al tirano algún presente, y pedille le hiciese merced de soltar a su tío” (de Alva Ixtlixóchitl, 2021, p.183). Aunque sabe que los tepanecas han matado a su padre y han puesto precio a su cabeza, la fidelidad de Nezahualcóyotl radica en respeto a la jerarquía, así como a los usos y costumbres entre los tlatoanis. Ahora bien, este respeto muestra otra cualidad más: la moderación. Como se evidenció anteriormente, la actitud del acolhua es mesurada, decide guiarse por lo que dictan las costumbres. Pero no sólo realiza esto, además, de las múltiples situaciones de peligro en las que se llega a encontrar, prefiere huir y sólo utiliza la violencia cuando es necesario. En este tenor, se narra que camino a Chalco:
El texcocano no tuvo otra medida para no ser descubierto, más que asesinar a la mujer, por lo cual, el uso de la violencia no es algo que perturbe su temple. Lo mismo ocurre cuando toma las armas en contra de Maxtla, pues el hecho sucede después de un intento fallido de asesinato, del cual nuevamente logra escapar. Son tantas las veces que evade las emboscadas que de De Alva menciona que el hijo del tirano “lo tenía por invisible o encantado” (2021, p.187), hasta el grado de que algunos viejos naturales lo consideraban inmortal. De igual manera, la invencibilidad es un atributo presente en el Cid (Menéndez Pidal, 1929, p.641), que, en su caso, se exalta desde su epíteto, pues la palabra Campeador equivale a victorioso. Finalmente, quisiera destacar dos características finales del modelo heroico del vasallo. La primera es su lealtad, por un lado, en Nezahualcóyotl, hacia su padre Ixtlilxóchitl. En su última batalla frente al Imperio tepaneca, el rey le ordena esconderse en la copa de un árbol y no intervenir con la intención de que el linaje se preserve, así él “por dar gusto a su padre se subió a un árbol que se dice capulín, muy copado… y desde allí estuvo mirando todo lo que a su desventurado padre le sucedió, y él bien quisiese morir por su padre” (de Alva, 2021, p.153). Nuevamente, la templanza del príncipe sale a relucir, ya que se nos menciona que “no se bajó del árbol porque no le sucediese lo que a su padre, pues bien conocía el daño que a su patria y deudos se les conseguirían” (Alva de Ixtlixóchitl, 2021, p. 154). Por otro lado, está la relación que guarda, ya siendo señor Nezahualcóyotl con sus vasallos, a quienes premia por sus acciones durante la guerra contra Maxtla. Así pues, a un caballero que le ayudó a esconderse de los hombres de Maxtla durante el asedio a su palacio, “le hizo después muchas mercedes dándole cantidad de pueblos para él y todos sus descendientes sin otras munchas preeminencias, y entre otras, fue casarle con una señora muy principal, descendiente de la casa real de Tezcuco” (Alva Ixtlilxóchit, 2021, p.99). Asimismo, se menciona que, a los generales que le ayudaron en su guerra contra los tepanecas: “les dio las gracias y les prometió munchas mercedes y que lo mismo dieran sus señores, y con tanto se fueron con todos los despojos y esclavos que pudieron llevar” (de Alva, 2021, p.208) La última cualidad es su confianza en Dios, Alberto Montaner, con base en el Cantar del Mío Cid, explica que el vasallo “mantiene siempre su confianza en Dios y en su futuro” (2014, p.649). De igual manera, el tlatoani guarda su confianza en el Tloque Nahuaque, cuando les pide a sus vasallos que acaten las órdenes de Tezozómoc, se dice que “él esperaba en el Tloque Nahuaque los libertaría andando el tiempo de poder del tirano, pues no convenía otra cosa” (de Alva, 2021, pp.156-157). Hay que recordar que, para el caso específico del cronista acolhua, esta divinidad única y creadora se identifica con la divinidad cristiana, en su Compendio histórico de reyes de Tetzcoco, escribe “el Tloque Nahuaque que llaman los castellanos Jesucristo” (de Alva, 2021, p.149). Podemos observar que, al igual que el Campeador, Nezahualcóyotl guarda confianza en la recuperación de su reino, puesto que la voluntad divina lo acompaña. Así pues, en un primer análisis, podemos responder afirmativamente que el rey texcocano sigue un modelo cidiano de héroe. De igual manera, Pablo García Loaeza ha planteado una relación similar entre la figura del Cid y Fernando de Ixtlilxóchitl, el ancestro más directo, en los escritos del acolhua, el estudioso asevera que nuestro autor “pudo tener en mente las aventuras del Cid Ruy Díaz al imaginar las hazañas del infante Ixtlilxóchitl en circunstancias similares” (2021, p.212), con la intención de crear “al primer héroe netamente hispanoamericano” (García, 2021, p.212). A su vez, esta afirmación es pertinente en el caso de Nezahualcóyotl, por lo que estaríamos hablando no de un sólo héroe, sino de un linaje completo, representado en los señores texcocanos, convertidos en seres legendarios a través de un cúmulo de valores caballerescos, provenientes de una tradición literaria, en los romances y cantares. Hasta aquí, he revisado las características del héroe épico español presentes en la Sumaria relación de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl —la fidelidad, la lealtad, la moderación, la invencibilidad y la confianza en Dios—; no obstante, como se indicó en la introducción, hay otro género del cual se pueden localizar influencias: los libros de caballerías. Antes que nada, es claro que algunos de los rasgos del héroe caballeresco se encuentran presentes en el modelo del vasallo del Cid, como Menéndez Pidal comentó, éste se encuentra en el umbral de dos épocas la de la épica y la de caballería (1929, p. 638). Asimismo, es ya un tema clásico, el influjo de dicho género en las crónicas novohispanas, piénsese en Los libros de conquistador de Irving Leonard y las referencias de Bernal Díaz del Castillo al Amadís de Gaula. En este sentido, considero pertinente plantear algunas características y relaciones entre el modelo heroico de los libros de caballerías y el Nezahualcóyotl de Alva Ixtlilxóchitl. Primeramente, cabe aclarar que tomaré como ejemplo el Amadís de Gaula, como obra paradigmática del género, así como el estudio Amadís: héroe mítico cortesano de Juan Manuel Cacho Blecua y me enfocaré en aquellas características heroicas que no se encuentran en el cantar de gesta del Cid. Ahora bien, uno de los primeros paralelismos que quisiera señalar es el nacimiento extraordinario, si bien en la Sumaria no se da cuenta del origen del príncipe; en la Historia de la nación Chichimeca, se informa que “fue muy notado su nacimiento de los astrólogos y adivinos de aquel tiempo, y fue por la mañana al salir el sol, con gran gusto de su padre” (de de Alva, 2024, p.106). Como menciona Cacho Blecua, antes de venir al mundo, una serie de prodigios determinan la grandeza de las hazañas por venir del héroe (1979, p.16). Entre las cosas que sí están presentes en la Sumaria, es el rasgo del abandono, Amadís es abandonado en las aguas por su madre Elisena y, como Cacho Blecua enfatiza, por lo general, los personajes huérfanos se constituyen como modelos ejemplares de heroísmo, pues se tienen que consolidar por sí mismos (1979, p.135). Este mismo modelo opera en la orfandad de Nezahualcóyotl, después de la muerte de Ixtlilxóchitl, él se debe erigir como el heredero legítimo y recuperar el reino perdido a manos de Tezozómoc. Por esta misma razón, se muestra al acolhua andando por todo el territorio formando alianzas: “se fue a diversas partes de la tierra, no dejando reinos, provincias, pueblos ni lugares que no entrase en ellos para conocer los designios y voluntades de los señores destas partes” (de Alva, 2021, p. 163). Es decir, a partir de la pérdida, el príncipe debe de empezar a construir su identidad como señor. Otra característica vinculada con el texcocano es la predicción del futuro del héroe, por lo regular, acontece un evento profético destinado a revelar su porvenir. Así, verbigracia, en el Amadis de Gaula,Urganda la desconocida le vaticina el destino del Doncel del Mar a Gandales: “—Dígote que aquel que hallaste en la mar que será flor de los caballeros de su tiempo… este fará tales cosas que ninguno cuidaría que pudiessen ser començadas ni acabadas por cuerpo de hombre” (Rodríguez de Montalvo, 2021, pp.255-256). En el texto del acolhua, se relata que “hubo munchos prodigios y señales en ese tiempo [el reinado de Maxtla]” (de Alva, 2021, p.209), entre estos se encuentra la aparición de un monstruo antropomorfo que se aparece ante dos caballeros en los campos de Texcoco, dicha criatura a grandes voces proclama: “Mirad, Tlaxcala, Huexutzinco, Tula y otras partes vienen sobre vosotros; el tirano Maxtla se acabará y recobrará al que le viene de derecho” (de Alva, 2021, pp. 210-211). Si desde su nacimiento ya se auguraban grandes hazañas para el príncipe, la profecía de la criatura no hace más que reafirmar su buena empresa en su lucha por el señorío hurtado, resaltando las hazañas venideras para el héroe. No obstante, el evento profético que parece dictar el futuro del rey poeta es un sueño que tiene Tezozómoc previo a su muerte, donde se muestra:
Este hecho prepara la victoria del legítimo heredero y su vuelta al poder, recuperando el trono usurpado, asimismo anticipa una de las escenas finales de la guerra contra los tepanecas, la muerte de Maxtla a manos de Nezahualcóyotl, quien le arranca el corazón. Este mecanismo narrativo, de igual manera, se encuentra en el Amadis, cuando el rey Perión tiene una pesadilla donde:
Como se observa, en los dos sueños, se refiere un hecho por acontecer de una forma enigmática, en este caso, el abandono en el río de su hijo, Amadís, en el flujo del relato, más adelante se cumple con este hecho. Los dos sucesos profetizados son elementos que dan unidad a la narración, dando significado a cada una de las imágenes que presentan, al acontecer el hecho profetizado se exalta aún más la figura de los héroes. Otro elemento importante es la investidura del caballero, ésta, generalmente, es una prueba iniciática, que “conlleva de manera más a menos transparente, una muerte ritual a la que sigue una resurrección o nuevo nacimiento [...] su muerte significa, al mismo tiempo, fin de la infancia, de la ignorancia, de la condición profana” (Cacho, 1979, pp.76-77), este rito se observa, en Amadís, en su abandono y en la posterior investidura por su padre, el rey Perión, aunque haya un desconocimiento por parte del caballero, no deja de ser significativo puesto que las cualidades de uno son transferidas al otro (Cacho, 2021, p.142). En el caso del príncipe texcocano, el paso iniciático se da a partir de la muerte de su progenitor, puesto que el hecho le da sentido a su nombre, el lobo en ayuno, y le asigna el propósito de su travesía vengarlo y recuperar su reino, el primer gran ciclo de Nezahualcóyotl es su venganza. Además de que, previo a la muerte de Ixtlilxóchitl I, son jurados por todos sus vasallos, uno como señor y el otro como legítimo heredero, del mismo modo, las cualidades son transferidas en la ceremonia, así como el poder. Por último, quisiera reparar en dos últimos rasgos que, en Nezahualcóyotl, se enlazan, por un lado, el linaje y, por otro, el restablecimiento del poder regio. El crítico español asevera que “la ascendencia [de Amadís] sólo puede ser considerada como reafirmación de sus empresas heroicas. A su vez, éstas cobran una importancia decisiva como consolidación del linaje” (Cacho, 1979, p.134). Amadís, aunque al inicio desconoce su verdadera identidad, con las acciones parece reafirmarla, al conocer su verdadera ascendencia, sólo se aclara la razón de su actuar heroico. El tlatoani no desconoce su linaje; sin embargo, se hace un constante énfasis en el hecho de que es el último eslabón de éste, debido a la muerte de su padre, esto lo remarca Ixtlilxóchitl en las órdenes que le encomienda por última vez: “y [que] se guardase del tirano y sus vasallos, no le quitasen la vida, que en acabándose se acabaría en él el linaje tan antiguo por línea recta de los señores chichimecas” (de Alva, 2021, p. 156). Asimismo, su astucia durante el enfrentamiento contra Maxtla y Tezozómoc, que lo libra de varias emboscadas, son muestra de su ascendencia. Finalmente, Cacho Blecua refiere que, al finalizar la travesía heroica, la corte idílica resurge para controlar el reino: un “espacio utópico regido por el mejor monarca posible y servido por los más leales y esforzados caballeros” (1979, p.168). Una vez concluida la guerra con el Imperio tepaneca y derrocado el tirano Maxtla, Alva Ixtlilxóchitl dibuja esta corte utópica:
Así pues, el príncipe termina de delinear los rasgos que lo emparentan con el modelo heroico del caballero, al igual que con su modelo épico, se observa cómo sus valores y cualidades son bien representados por la figura que construye Alva Ixtlilxóchitl. Si bien es claro que esto no necesariamente quiere decir que el texcocano haya tomado como ejemplo el Amadís de Gaula, sí es necesario reconocer que esta obra formaba parte de una serie de libros y romances, que exaltaban tales modelos, que nuestro autor bien pudo conocer y tener en mente cuando buscaba enaltecer su ascendencia de señores y guerreros, una estrategia que ocuparon otros cronistas novohispanos para exigir recompensas; sin embargo, pocos tuvieron el éxito como de Alva Ixtlilxóchitl, quien perpetuó la leyenda de uno de sus antepasados. En conclusión, después de este examen detallado de los vínculos literarios en la caracterización que nuestro cronista realiza de Nezahualcóyotl se puede reconocer el interés por recuperar la tradición caballeresca, donde es evidente el influjo de la literatura de su tiempo. En este sentido, recuérdese que, entre los escritos del acolhua, se han encontrado romances de creación propia que retoman temáticas relacionadas con el mundo caballeresco. Además de ello, es menester señalar que, como se mencionó, la caracterización heroica no es sólo un hecho propio del rey poeta, sino de toda la estirpe de los señores de Texcoco, en cada uno de ellos, podemos encontrar elementos que provienen de la esfera caballeresca, para exaltar sus figuras, utilizados en función de su reconocimiento, como Pablo Loeza menciona. Por tal razón, es fundamental revisar otras figuras centrales en la descendencia texcocana, como Ixtlilxóchitl I, Quinatzin, Xólotl, entre otras. A su vez, es necesario encontrar qué otras obras, romances, libros comparten motivos y elementos con los textos de de Alva Ixtlilxóchitl en la elaboración de sus personajes.
NOTAS: [1] Tanto los trabajos de Georges Baudot (1995) como los de Patrick Lesbre (2003) han mostrado el intento de parte de los autores coloniales, específicamente en Alva Ixtlilxóchitl, de reconstruir en la imagen del rey texcocano un modelo de príncipe precristiano providencial, por ejemplo, poeta y sabio como el rey David. [2] Si bien no se ha podido identificar dónde recibió su formación el acolhua, como Battcock y Vásquez Galicia mencionan es notoria su formación y es posible que, por lo menos, Alva Ixtlilxóchitl haya cursado el trivium (2022, p.163). |
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