Escrituras híbridas en la literatura fantástica de Dante Medina. Hybrid writings in Dante Medina’s fantastic literature. DOI: 10.32870/argos.v9.n24.4.22b Sandra Ruiz Llamas Esta obra está bajo una Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0. . Recepción: 13/02/2022 |
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Resumen: Palabras clave: Escritura híbrida, Géneros literarios, Neologismo, Literatura mexicana, Indefinición estructural. Innovation in language is essential because it overcomes biases in the use of language and expands its form and meaning. In the 20th century, Hispano-American Literature had a very notable development in language experimentation; therefore, this research focuses on the study of an innovative work in the field of hybrid writings. This renewal of the language has been engendered for several years now in Jalisco, Mexico: Dante Medina's writing comes from a tradition of rupture, —from the fantastic narrative— he creates his (in)structural definitions and, in that rupture, lengthens the language limits. Juan Rulfo attributed to him in his Complete Works: "Dante Medina is using a very new language, completely original and rare, rare in Mexican literature. And the same can be said of Latin American literature. I believe that the merit consists not only in the neologisms, but in the transposition of dreams". Dante Medina breaks with pre-established norms, and dominant beliefs about the “destruction of the structure” when it is about a recreation, a novelty. Since 1986 the author offers new textual genres, which arise from the hybridization of the structure of the story with the likes of the essay, poetry, or the novel. In the 21st century, the possible rules that operate in the creation of new literary genres are the audacity and creativity of a literary tradition: in contemporary Mexican literature there are new cultivators to enrich the Spanish Language. Keywords:Hybrid writing, Literary genres, Neologism, Mexican literature, Structural uncertainty.
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Introducción a las Letras Hispánicas. En la Literatura Hispánica, existe una gran variedad lingüística, fonológica y morfológica en la lengua. En el Modernismo, Rubén Darío emplea en su obra la característica de una "gran riqueza de léxico, con distintos campos semánticos y como todo buen poeta que se precie, también una serie de neologismos". (Brú y Medina, 2015, pp. 37-38). Al siglo XX pertenece el poeta peruano César Vallejo. De él, especialistas afirman lo siguiente:
La innovación en la lengua es fundamental porque sobrepasa los prejuicios del uso del lenguaje, y extiende su forma y significación. Los géneros literarios exitosos son escritos por tendencias sociales, lo que el público pone de moda y quiere leer. En el siglo XXI, las posibles reglas que operan en la creación de nuevos géneros literarios son el atrevimiento y la creatividad de una tradición literaria. Hallazgos en la indefinición estructural de la obra de Dante Medina Actualmente, en México, el escritor Dante Medina, Premio Casa de las Américas de Cuba en cuento en 1994 y 2000, hace una experimentación con el lenguaje. Es evidente que Dante Medina[1] tuvo una gran influencia del maestro Alejo Carpentier, un ejemplo está en la obra El reino de este mundo (1949), donde localizamos una musicalidad en el texto con una variante del francés, el créole. En Dante, la prueba está en Léérere (1986), un libro de cuentos con una lengua viva, que marca el ritmo de lectura en italiano: a Dolce, ma non tanto, a Dolce moderato, a Dolce rinforzando. "¿Pero qué es la historia de América toda sino una crónica de lo real-maravilloso?". Carpentier, 1972, p. 12), preguntó Carpentier a sus lectores, y es lo que seguramente se preguntó Dante Medina, para desarrollar sus propias reglas lingüísticas de la cotidianeidad americana. El primer libro de cuentos de Dante Medina se titula Léérere. “Manual para hispanoandantes” (1986), la presentación del libro y el prólogo estuvieron a cargo del escritor mexicano Juan Rulfo, donde mencionó las siguientes palabras:
Este prólogo de Juan Rulfo fue publicado en lo que se estima como su Obra Completa, en los archivos de la unesco. Cada uno de los cuentos de Léérere propone en el interior una diferente técnica literaria de desarrollar el problema de cómo contar, algunos de ellos son “historias”, otros “hirostias”. El personaje principal en cada uno de ellos es el lenguaje. Ejemplos de neologismos presentados en estos cuentos, son: desadormilar, tantamente, leyente, lunareadas, incalzo, alapan (Medina, 2018, p. 43). El cuentista y crítico literario Eligio Coronado describió de la siguiente forma las variaciones sintácticas y estructurales del libro:
La capacidad de innovación de Dante Medina no parece conocer límites. Baste otro ejemplo. En español el acento gráfico se usa para marcar la sílaba tónica de la palabra, por lo tanto, los vocablos sólo pueden llevar una tilde: una palabra con dos sílabas tónicas (= dos acentos) es imposible. Pues bien, Dante Medina lo hace en el título de su primer libro: Léérere. (1986). Estas dos “é” acentuadas tienen que pronunciarse dos veces como tónicas. Dante Medina rompe, con una sola palabra, con las reglas gramaticales del español, y en ese rompimiento alarga los límites de la lengua. Pero la aportación no es solamente gráfica, morfológica, y fonética, es también una hibridación filológica: ¿qué tipo de vocablo es “léérere”? ¿Un sustantivo o un verbo? Estando solitario no disponemos de un contexto que nos ayude. Dado que es un título, podría tratarse de un nombre, un sustantivo; pero como el español admite el verbo con sujeto tácito (omitido), entonces ¿podría tratarse de un verbo conjugado a la primera persona del singular: “yo léérere”? ¿O por qué no “él léérere”? Y, si es éste el caso, ¿en qué tiempo verbal está, en presente, en futuro, en subjuntivo? En presente: (leo) “yo léérere” (ahora); en futuro: (leeré) “yo léérere” (después); en subjuntivo (que lea) “yo léérere” (quizás). ¿Y por qué no en imperfecto? Más aún, todas estas hipótesis, siendo viables, pueden coexistir sin contradecirse, son “andantes”, pero hay una posibilidad mejor: que se trate de un nuevo tiempo verbal, inexistente en las gramáticas: un tiempo sin tiempo que incluye varios tiempos. Dijimos que la palabra “léérere” estaba sola, sin contexto para ayudarnos a comprender (a la manera de los Diccionarios de Autoridades). No del todo. La sigue un subtítulo, que algo nos sugiere para la interpretación semántica: “Manual para hispanoandantes”. Andantes, no hablantes. Lengua no para “hablar” sino para “andar”, lengua que se mueve, que viaja, que emigra. (Medina, 1989). Palabra trashumante. No es único en la obra de Dante Medina este fenómeno de nuevas categorías: en su libro de cuentos de 1989, Niñoserías (otro título con un neologismo que funge como sustantivo y verbo al mismo tiempo)[2], el autor nos habla de los “verbos fríos”: “Jaime, en efecto jaime, beber es el infinitivo frío del verbo (nunca te he hablado de los verbos fríos) (?)”. (Medina, 1989, p. 11). Por algo Dante Medina dice de sí mismo: "Mi oficio es regalar palabras. Y yo mismo las hago”. En todos sus relatos, Dante presenta numerosos neologismos y estructuras novedosas. En su segundo libro de cuentos, ya citado, Niñoserías (1989), existe la propuesta de una lengua nueva, Adánica. Desde Adán ya se prefigura la Torre de Babel. En Niñoserías, la lengua primigenia la inventan los niños, como una lengua única que intenta evitar el advenimiento de las muchas lenguas que nos separarán. Dante Medina emprende una transformación de Babel: en el mito originario, los constructores de la Torre hablaban toda una lengua común, Jehová castiga su arrogancia de querer construir una torre que alcanzara el cielo, y crea la multiplicidad de lenguas para que no se entiendan. Dante Medina propone una lengua, heredera de “nombrar el mundo”. En estos cuentos hay una lengua en la que ninguno nos entenderemos, ni entre vecinos ni entre distantes, porque se trata de una lengua lúdica, es decir una lengua artística, hecha para jugar. Cito ejemplo: "Entretenerle el bebé a alguien es también cuentearlo, calmarlo con palabrería inventándole cosas, y para destapar una engañatifa que acaba de terminar y que permite al bebófilo entender que puede irse, se dice: Beba". (Medina, 2018, p. 91). En la escritura del autor, vemos una revolución del lenguaje en la sintaxis y morfología de las palabras. Esto lo explica bastante bien el Dr. Christophe Dubois (1991), en sus trabajos doctorales en l’Université de Bordeaux III, sobre la obra de Dante Medina, quien en un artículo afirma lo siguiente:
El mismo estudioso de la obra, Christophe Dubois lo compara con las creaciones de Raymond Queneau. Es una vanguardia comprometida, hay un antojo y desarrollo de signos lingüísticos y matemáticos. Formas verbales que no se habían inventado. Agregamos el inicio del cuento Jugar:
En 2017, como responsables de la edición Sin miedo a las palabras (2018), Cuentos completos (1977-2017), del escritor Dante Medina, encontramos algunas de las obsesiones que tiene el autor: las ciudades, la exploración en los límites del cuento, la recreación de la lengua, la tecnología y el absurdo, los niños y los amigos, la pareja y las mujeres, los juegos con el ingenio y la ironía. La variedad de la obra del escritor Dante Medina desafía todo intento de catalogar al autor, de “narrativa inclasificable” lo calificó Gómez (1991), a ello agregamos que su estilo se caracteriza por hacer un recreo con las palabras:
Con la afirmación anterior, Dante Medina se refería seguramente al Poema de Mío Cid, de la Edad Media, donde el autor anónimo castellanizó algunas palabras, de otros orígenes. Ponemos como ejemplo el apartado tres, versos 15 al 20:
Las palabras que destacan castellanizadas, como ejemplo, son finiestras por “ventanas” y plorando por “llorando”. En el año 2019, se publicaron las Poesías completas A ojo de buen diablo (1972-2018) (2019), de Dante Medina. Fue el primer género al que se acogió el autor antes que, al cuento, a la dramaturgia, a la novela, a la crónica. Los poemas de Dante Medina son de una temática muy amplia, hay poemas: a la sombra, a las secretarias, a los calcetines, a los tinacos, hay juguetes diabólicos en defensa de Dios, a las mujeres y la ropa. En algunos poemas suele “ponerse tierno” y explora “rutas y sensaciones” que ni él mismo “creía que existieran en su bagaje espiritual". Les escribe a las feas, al sida, a Dios, al vestido. Uno de los prólogos: “Cuicamatini, Dante Medina” del poeta Antonio Orihuela (Orihuela, 2019, p. 11), evidencia que en su poesía también hay la propiedad de la vacación y reforma en la estructura de las palabras:
Agregamos un ejemplo, de un soneto de Medina, reformador, basado en un tipo de poema prehispánico que cultivó el gran poeta mexica, Netzahualcóyotl, en el siglo xv: el icnocuicatl, que significa “canto triste”. Interesante la yuxtaposición entre lo jocoso y risueño de la ejecución verbal y la tristeza del tema del abandono:
Desde 1986 Dante Medina propone nuevos géneros textuales, que se originan al hibridizar la estructura del cuento con las cataduras del ensayo, la poesía, o la novela. El primer caso está en los cuentininos en Cómo perder amigos, (Medina, 1994), donde cada texto convierte a una palabra o una expresión verbal en el personaje central. En principio, el libro tiene divisiones en las que ameniza al lector con significados polisémicos: “To be or not to be (no vaya a ser)”, “Two or three (dos que tres)”, “Woman women (de mujer a mujer)”, “Time is time (uso del tiempo)”, “I love them (amor de los dos)”; y “Pongo por caso”, cuentininos, de los que añadimos el ejemplo siguiente:
Progenitor de géneros como: los poecuentos, cuentos que podrían leerse al mismo tiempo como poemas, del libro Yo soy la bestia (2002), la cuentonela en Ir, volver y… qué darse (2017), cuentos que podrían leerse al mismo tiempo como una novela. Este libro, está conformado por una serie de cuentos independientes que pueden leerse como una novela. En el ámbito de la dramaturgia, el género de la tramodia, que consiste en unir la tragedia tra (primer acto), la comedia dia (segundo acto) con la tramoya tramo, (tercer acto). La tramodia es una obra de teatro concebida en seis días: del 8 al 13 de septiembre de 1995: Yo soy Don Juan, para servir a usted (1996), e incluso sus personajes causan desconcierto: Mario Bros, Luigi, la Barbie, entre otros. El autor, propone un juego con sus personajes, utiliza un lenguaje propio que se convierte en protagonista de la narración emprendida y, así, asistimos a un concepto literario nuevo de hacer literatura, como pura y auténtica revolución o como aventura infinita del lenguaje. En el año 2020, fueron publicadas las Novelas completas Con juego en la lengua (1987-2017) (2020a), de Dante Medina, esta edición contiene un Apéndice Lexicográfico, un Repertorio de palabras de Dante Medina que consideramos diccionariables: un corpus de voces que no existen en el diccionario, voces que el hablante necesita y no tenían nombre. En Hispanoamérica, Dante Medina es uno de los pocos escritores atrevidos en el diseño textual de las voces; en términos seleccionados está la proposición de innovaciones ortográficas, léxicas y gramaticales: un juego de habilidades gráficas. La introducción al corpus de palabras de sus Novelas hace la aclaración siguiente: “Optamos por dejar hablar a la lengua literaria; por mostrar a cada una de las palabras viviendo en el contexto de la narración, diciendo lo que dicen cuando lo dicen. Ésa fue la tarea: ordenadas por orden de aparición, colocarlas acompañadas del fragmento de lengua que las contiene”. Algunos ejemplos del “Repertorio de palabras” son:
Dante Medina publicó una novela donde no sólo abordaba el lenguaje, sino la cuestión de la estética, la vanidad, Ya nadie es perfecto (2013), uno de los temas principales es la “vanidad perfecta”, pero no sólo eso, sino que el autor también hace trasplantes de palabras:
El Diccionario Panhispánico de dudas, fue publicado en 2005 por la Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE). La redacción de sus artículos es el consenso del habla de la comunidad de los hispanohablantes; una de sus principales cualidades es seguir los modelos de la escritura y habla estimada como culta. La investigación y recolección de los neologismos en los escritores hispanoamericanos contemporáneos es necesaria para la actualización de las entradas[3] de los diccionarios. El Diccionario panhispánico de dudas (2005, p. 331) agregó en su edición una entrada de la novela Cosas de cualquier familia (1990) de Dante Medina: «Hay: “incluso se ha llegado al extremo de generar una forma de plural hayn para el presente de indicativo, con el fin de establecer la oposición singular/plural también en este tiempo: En el centro también hayn cafés”. (Medina, Cosas, Méx., 1990)». La aportación que hace el escritor jalisciense es bastante relevante. En español no teníamos un plural para la forma “hay”, sólo el singular y, Medina lo inventa con “hayn”. La explicación del Diccionario es:
Una misma estirpe de escritores En el siglo XVII, apareció la Grammatica Latino-Hibernicapor Francis O’Molloy, primera gramática del irlandés, basada en el paradigma verbal y nominal, publicada en Lovaina. En la Edad Media cuando los ingleses conquistaron a Irlanda, la lengua hablada era el gaélico irlandés. La gente de cultura en Irlanda sabía que necesitaba una Literatura Nacional, fórmulas concretas para la literatura nórdica y aportar a la poesía de la obscuridad. En 1922, dentro de la Declaración de Independencia, el inglés y el irlandés se convirtieron en las lenguas oficiales. El gaélico es una Lengua Adánica. Fenius[4] vino a darle un toque gramático, con el uso del latín. Adánico es el acto que hace el escritor dublinés más importante del siglo XX, James Joyce: nombrar las cosas. En su ininteligible y polisémico Finnegans Wake (1939), el autor no se cohíbe en la escritura de este encuentro de la renovación de las letras modernas. La novela resuelve el problema de todas aquellas cosas que no tienen forma de ser dichas. Víctor Pozanco dice en su prólogo «porque el Wake, además de lo expresado, es un verdadero tour de force “modernista”. (Joyce, 1993, p. 10). El Finnegans Wake está compuesto de híbridos dotados de polifonía: "calculiguló los múltiplos de plenitud", "cielulescalando Himenalayasjer arquitectónicamente", (Joyce, 1993, p. 18), la mayoría de los sustantivos, adjetivos, y verbos son, en esta obra, fecundadores de la semiótica. James Joyce (1993, p. 25 y 43) se divierte y agosta cada técnica literaria, estaba llamado a ser, un escribicidio, tipo dobleinés, de manera no finngida, como él mismo lo dice en su Finnegans Wake:
En 1914, cuando estaba a punto de desatarse la Primera Guerra Mundial, Joyce había terminado de escribir su obra de teatro Exiles de 1918 (1981). La vida de Joyce acontece lejos de Irlanda, toda esa pretensión de volver de su personaje judeo-irlandés —Ulysses—, lo exhibe en cada obra, como en la recién citada: "¿Por qué el título de Exiliados? Una nación impone una pena a aquellos que se atreven a abandonarla, pagadera al regreso". (García, 1993). En su libro de cuentos Dublineses (1976), en la traducción al español de Guillermo Cabrera Infante, en el cuento “Una nubecilla” también plasma la misma imagen: "No había duda de ello: si uno quería tener éxito tenía que largarse. No había nada que hacer en Dublín". (1976, p. 76). James Joyce trabajó muchos años en Zúrich, Trieste y sobre todo en París en la redacción del Finnegans, es decir, esta obra fue concebida fuera de su Dublín, gracias al destierro. En esta misma lo vuelve a decir: "¿Es forzoso que Noenmihogar sea nuestro sitio? Sí; ¿y que Malaquías sea nuestro entronizable abelkaihn? Quizá no lo veamos así de pronto". (Joyce, 1993, p. 30). Las lenguas exiliadas se enriquecen con el viaje y la nostalgia, la lengua-madre procrea. Joyce escribió en el exilio, estando en contacto con otras lenguas: el italiano, el francés, el alemán. Al igual que Dante Medina —especialmente sus dos primeros libros de cuentos—, son obras concebidas en el exilio, sólo así, en la distancia de la propia lengua, los pudo haber escrito; y, como Joyce, Medina tuvo contacto estrecho con diferentes lenguas, curiosamente las mismas: el francés, el italiano, el alemán. Aunque, convendría agregar, en un caso del escritor irlandés, el triestino; y en el caso del escritor mexicano, el occitano. Dante Medina escribió sus libros en Montpellier, Francia. Desde ahí, a orillas del Mediterráneo, describe el exilio de esta forma: "La obsesión del exiliado es dejar mucha y buena memoria de su causa, de su país, de su pensamiento. Casi todos los éxodos políticos son despavorimientos de la inteligencia que huye de su mayor asesina: la censura". (Medina, 2004, p. 6). No somos los primeros en comparar al escritor dublinés con el escritor jalisciense por sus juegos estructurales y estilos en la escritura tan similares, por sus escrituras desarrolladas fuera de sus ciudades. Dijo Edmundo Valadés (1987), uno de los más grandes especialistas en el género cuento, director de la revista El Cuento, en una nota periodística en 1987: En México, hay un narrador de ambición joyceana, en cuanto a la incansable descomposición y recomposición lingüística, autor de un inédito libro de cuentos, uno de los cuales ganó en 1985 mención en el concurso Juan Rulfo, de París: se trata del jalisciense Dante Medina. El crítico peruano Julio Ortega, calificó en 1992 la obra de Dante Medina de la siguiente forma:
Fernando del Paso, Premio Cervantes 2015 de Literatura, también manifestó esta idea, con entusiasmo:
No es un azar ni una simple coincidencia esta filiación joyceana en un escritor tan malicioso, especialista en literaturas comparadas, conocedor de lenguas europeas y traductor, como Dante Medina. Desde su primer libro (Léérere, 1986) hay un guiño doble con la figura de James Joyce: cita en el epígrafe el Ulises, ¡pero lo cita en francés!: «Avez-vous lu son F? Oh oui, mais je préfère Q. Oui mais W est un chef-d'oeuvre.» Los cuentos de este libro, precisamente, se caracterizan por tener las letras del alfabeto en sus títulos. Dante Medina es excesivo e inverosímil. Las categorías léxicas las ha modificado desde sus principios como escritor, cambiando el elemento central de un sintagma en una oración, y las clases de palabras, teniendo —no importa el orden— siempre tienen sentido, agrego un apartado que el escritor calificó como “Palabrario” (Medina, 1986), en él todas las palabras tienen la función de ser personajes, es decir, aforismos-cuentos sobre palabras particulares como los siguientes:
Este “Palabrario” (1986) es una complacencia, un regodeo de expresiones. Se trata de una fracción de los inicios del escritor. Un titular del periódico habanero Gramma lo declaraba, por lo que dijeron haber encontrado de innovador en su estilo personal de abordar el cuento: "Dante Medina, asesino de Maupassant". (De la Hoz, 1994). Lo que sí es verdad, es que ante la lectura de este autor, el lector se queda impactado, todo lector se reactiva y reacciona fuerte. La lectura es rigurosa, por lo tanto, merece un lector atento. Su más reciente obra publicada, Obras maestras, "Re-Acomodos y arreglos” (2020b), recibió la siguiente atribución del poeta y profesor emérito del Trinity College de Dublín (el alma mater de James Joyce), el Dr. Ciaran Cosgrove (2020): «La obra de Dante Medina es una mezcla de chispas fulgurantes y dudas esclarecedoras»; él mismo—profesor Fellow Emeritus of Hispanic Studies—, en una entrevista de investigación, nos hizo la siguiente declaración:
Por su parte, la escritora y crítica literaria María Kodama (2020, cintillo), dijo: "Muy interesante la deconstrucción de obras clásicas. Dante Medina hace una recreación muy divertida. A mí me gustó mucho que lo hace con un lenguaje distinto". Conclusión
Predomina sobre todo el humor en toda la obra de Dante Medina, como autor ha publicado ochenta y tres libros, —sin contar los diecinueve libros ensayísticos en los que ha participado como co-autor—. En el Coloquio "Literatura y crítica mexicana actual: Dante Medina y su obra”, organizado por la Universidad Nacional Rodrigo Facio, de San José, Costa Rica, en 1996, José Brú (1999, pp. 183-186), escritor y crítico literario catalán, leyó las siguientes líneas de su ponencia:
Las letras de Dante son una bitácora de viaje que pasa por los verbos, sustantivos, adjetivos, preposiciones, conjunciones e interjecciones. Espacios geográficos de sintagmas nominales, preposicionales, adverbiales. Dentro del mismo texto de José Brú, hay esta afirmación contundente, que liga a Dante Medina con los grandes innovadores del lenguaje de la historia de la literatura (James Joyce, de nuevo): "Heredero de Laurence Sterne, Lewis Carroll, Enrique Jardiel Poncela, James Joyce, Vicente Huidobro, Oliverio Girondo, Raymond Queneau, Guillermo Cabrero Infante, Julián Ríos, esperamos que entretonto Dante Medina siga escriviviendo para nuestro deleite". Un autor multi premiado (Premio Nacional de Novela José Rubén Romero 2010, Premio Nacional de Cuento Agustín Yáñez 2011, Premio Internacional de Relatos José Nogales 2012, Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos 2014, Premio Internacional de Novela Sor Juana Inés de la Cruz 2016, Premio Ramón López Velarde de Poesía de los X Juegos Florales 2017, Premio Nacional de Teatro Óscar Liera 2020, entre muchos otros) (Medina, 2020c), que incluso en temas culinarios atraca sus obsesiones risueñas, jocosas y cínicas del lenguaje, con su libro Los placeres de la lengua (2001). La lectura y el análisis del único escritor y hombre ilustre que tiene Jilotlán de los Dolores, Jalisco, México, es siempre lingüísticamente sorprendente, tanto por sus temáticas como por la aparente simplicidad de los mismos textos, aunque si uno descubre la confeccionada y compleja estructura sobre la que se edifican, lo poco que Dante deja al azar, el impecable engranaje sobre el que están montadas sus letras, los atrapará.
NOTAS: [1] Dante Medina realizó sus estudios superiores de Licenciatura y Maestría sobre el escritor Alejo Carpentier: “El sentido del tiempo en la obra de Alejo Carpentier” (1978) y “La estructura en dos novelas no estudiadas de Alejo Carpentier La consagración de la Primavera y El arpa y la sombra” (1980). En 1983 defendería su tesis de Doctorado en Études Romanes en l’Université de Montpellier III, Paul Valéry. [2] Si descomponemos la palabra: “niño serías” (tú); o “hacer niñoserías”: ¿niñadas, travesuras?. [3] Una entrada en un diccionario es una palabra que encabeza un artículo. También se le conoce como lema. URL: https://dle.rae.es/entrada?m=form. [4] En el siglo xii aparece la eminente obra Auraicept na n-Éces, un manual de poesía de aprendizaje de formas poéticas típicamente irlandesas, el objetivo era que estudiantes de primer año aprendieran a escribir todo tipo de escritura. En las primeras páginas de este manual, se sostiene la idea que el gaélico proviene de una región de Egipto, llamada Ucca. El nacimiento de esta lengua en Irlanda fue llevada por Gaedel, el hijo de Ether. Desde luego, Gaedel se encargó de las cosas más esenciales de la lengua —además de todas las sutilezas que añadieron los poetas en el camino para contribuir al obscurecimiento—, hasta que llegó Fenius. [5] La traducción es nuestra. |
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Revista Argos |
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