Letras Habladas: Procesos de escritura y reflexión emocional. Spoken Letters: Writing processes and emotional reflection. DOI: 10.32870/argos.v10.n25.6.23a Rosa Sara Jiménez Jiménez Esta obra está bajo una Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0. Recepción: 12/10/2022 |
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Resumen: Palabras clave: Procesos de escritura, empoderamiento, escritura autorreferencial. Abstract: Keywords: Writing processes, empowerment, self-referential writing.
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Introducción. Aunque los procesos de urbanización suelen ser graduales, en el caso de Ecatepec, la urbanización tuvo su primer gran impulso con el proceso de industrialización a partir de 1960 y con su establecimiento definitivo en la década de 1970 (COESPO, 2017). El segundo gran impulso responde a la noción de que la urbanización permite oportunidades económicas. Es cierto que esta trae consigo espacios de oportunidad comerciales y laborales, así como el mejoramiento de servicios sociales, de salud y educación en las zonas en las que se concentra la población, sin embargo, ésta, afecta también los recursos naturales como el suministro del agua y contaminación del medio ambiente. En el caso de Ecatepec no sólo estas afectaciones han sido evidentes a lo largo de los años, sino también se han incrementado (sin cubrirse) las demandas de vivienda y servicios sociales. Tal es el caso de Santa María Chiconautla, uno de los ocho pueblos históricos de Ecatepec y que vive ante una nueva ruralidad cada vez más opacada, ya que, ante el complejo escenario de industrialización y urbanización se ha perdido paulatinamente el interés en el trabajo agrícola, lo que de acuerdo con Gordillo (2013), representa una estrategia lenta y eficaz que garantizó un “despojo pacífico de la tierra, a diferencia de otras comunidades más tradicionales en las que la tierra es parte medular de la vida biológica y económica de la gente y sólo a través de la fuerza es posible despojarlos” (Gordillo, 2013). Actualmente la comunidad resiste tanto a la mancha urbana como a la crisis de violencia que ha aumentado en los últimos diez años y ante la cual, la población ha sido marcada por la marginación y la pobreza, motivos que convierten a la comunidad en un territorio de botín político y económico. En un acercamiento a la situación de la comunidad Lydiette Carrión (2019) menciona que “es uno de los botines políticos y económicos más importantes del Valle de México” (Carrión, 2019) debido a que (por lo menos al 2019) la carencia de drenaje y agua han ocasionado, además de la escasez de agua, inundamientos originados por el desbordamiento de fosas sépticas, problemas que no se resuelven por la corrupción. Y es que, aunque se mandan pipas de agua de servicio público (SAPASE Y CAEM) para entregar agua a la población, ésta sólo se reparte a quienes pertenecen a Antorcha Campesina, organización con gran presencia en el municipio y cuya adhesión, aunque tiene beneficios a cuenta gotas (y que son aquellos que debe proporcionar el Estado, como salud y educación), implica que sus afiliados tengan un compromiso total y obligado para ser parte de sus mítines y campañas, sin que las personas que están dentro, sepan bien a bien de qué se trata[1]. El espacio de Santa María Chiconautla convive con diferentes problemáticas que van desde lo ambiental hasta lo social y simbólico, y con un paisaje hostil que es resultado de la poca atención del gobierno por atender los conflictos que en ésta imperan. Ambiental, por las derivaciones que tienen la ubicación contigua del Penal mixto de Chiconautla[2], que es el peor evaluado de los centros penitenciarios en el Estado de México, y el vertedero a cielo abierto que recibe toda la basura del municipio[3] y ocupa 28.5 hectáreas de territorio; circunstancias que dificultan la siembra de milpa, ya que a lado de estos espacios se encuentran los ejidos de Santa María Chiconautla y que a causa del vertedero, que no cumple las normas sanitarias, ha sufrido contaminación en la tierra, esto aunado a la inseguridad. En cuanto a lo social, habrá que decir que si bien, estas circunstancias han transformado las faldas del cerro como espacio para la delincuencia y han generado un ambiente hostil para la población. La comunidad en general vive una crisis de inseguridad en tanto que es parte del anillo de violencia (Tecámac, Acolman, Ciudad Cuauhtémoc y Ciudad de México) en el cual, aunque no se puede negar que hay violencia general (por decirlo de alguna manera) a hombres y mujeres desde distintos ámbitos, tampoco puede negarse la violencia de género feroz y creciente en el país que parece aún más cruel en zonas que padecen el abandono gubernamental y marginación de localidades, como es el caso de Santa María Chiconautla. La violencia simbólica, de acuerdo con Bourdieu (1994), es aquella en la que dentro de una relación social el “dominador” practica un acto de violencia indirecta que no es directa físicamente en contra de los “dominados”, quienes no dan cuenta y son inconscientes de esta práctica en su contra, por lo que terminan siendo cómplices de la dominación a la que están sometidos. En esta línea, se comprende que Santa María Chiconautla vive bajo la violencia simbólica, no sólo por el abandono gubernamental y marginación, sino también a raíz del anillo de violencia que le delimita, ya que, aunque esta violencia directa no ocurre directamente a la población y su territorio, infunde en los habitantes la sensación de inseguridad dentro y alrededor de la propia comunidad. Estos niveles de violencia, además de hacer cambiar los hábitos cotidianos, a las personas que la padecen, gradualmente les hace interiorizar y normalizar estos actos llegando a formar la noción en ellos de que es “normal” que ocurren tales cosas, o bien, se adapta a convivir con esta, llegando a culpar y cuestionar, incluso, a las personas que son víctimas de violencia. Según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (INEGI), la población de Ecatepec, de 18 años en adelante, ha percibido cambios de hábitos en el municipio, ocasionados por la inseguridad y violencia creciente en éste, tales cambios varían desde el miedo a la delincuencia hasta la marginación respecto a servicios de vivienda: Cuadro 1. Encuesta Nacional de Seguridad Pública en Ecatepec
*Información no encontrada. La encuesta (reflejada en el Cuadro 1) muestra que Ecatepec es una ciudad que ocupa constantemente los primeros tres lugares en cuanto a inseguridad y violencia percibida. Aunque se observa que algunas casillas no marcan el porcentaje que obtuvo el municipio en algunas variables, hay que decir que los porcentajes se representan toda vez que Ecatepec ha encabezado la lista respecto a inseguridad en todo el país, por lo que, el hecho de que las casillas no marquen información no significa necesariamente que no se hayan percibido esos conflictos. Ahora bien, aunque en el municipio no se encuentra dentro de la lista de ciudades de la ENSU con mayores conflictos de acoso personal y violencia sexual, hay una crisis latente en aumento en cuanto a la violencia de género, que de seguir sin atenderse puede llegar a representar mayores porcentajes en el país. Aun cuando hay una Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres desde el 2015, las cifras de violencia se han mostrado en aumento, “pues en 2015 se registraron 59 feminicidios; en 2016 66 y en 2017, 64” (Bibriesca, 2019). Continuando con ello, en el artículo “Ecatepec: En 4 años han asesinado a 1258 mujeres, pero sólo 53 son considerados como feminicidio” (2019), Bribiesca menciona que el municipio fue el que tuvo más casos de feminicidio registrados en el estado y el quinto a nivel nacional (Bibriesca, 2019), por lo cual no se puede negar, la crisis en ascenso de violencia de género en el municipio. Respecto a ello, en La fosa del agua, Lydiette Carrión recopila a partir de investigación periodística y entrevistas directas a familiares y amigos, las historias de desaparición de niñas y adolescentes en la zona de Ecatepec, y los Reyes Tecámac en el Estado de México, entre el 2011 y el 2013; dentro de estos casos, se encuentra marcada la zona de Santa María Chiconautla, por lo que puede decirse que en cuanto a violencia de género no sólo hay una violencia directa en el municipio y la comunidad, sino también violencia simbólica hacia las mujeres que les orilla a modificar su vida de acuerdo con los peligros a los que pueden estar expuestas. Ante esta situación la investigación “Letras Habladas: Lecto-escritura comunitaria como medio de empoderamiento en la mujer rural” plantea como objetivo investigar los factores positivos y negativos que intervienen en los procesos de empoderamiento que se generan en las mujeres de la comunidad semirrural de Santa María Chiconautla, Ecatepec, Estado de México; por medio de círculos de lectura y escritura colectiva-personal, para impulsar la sororidad, a la par que se desarrollan sus habilidades de lecto-escritura. Se planteó el ejercicio de lectoescritura, a partir de los estudios de Michèle Petit, en los cuales ha demostrado que la lectura está relacionada con la estructura psíquica y forma de actuar ante la falta y la pérdida (Petit, 2008), por lo que leer y escribir en colectivo puede conducir a la reflexión emocional y gestación del empoderamiento. En esta línea, se consideró que, en espacios con alta marginación, como es el caso de Santa María Chiconautla, las violencias de género y marginalidades que viven las mujeres que atraviesan su cotidianidad desde las nuevas ruralidades, no se hacen evidentes porque no hay un espacio para narrarlas, por lo que, si desde la lectura y la escritura se permiten expresar estos conflictos entre los límites de la realidad y la ficción se formará un diálogo de reflexión emocional individual y colectivo que geste el empoderamiento y la sororidad entre las mujeres, aunque claro, puede extenderse a cualquier persona. Como ejemplo del favorecimiento individual del ejercicio de lectoescritura puede mencionarse el realizado con estudiantes de bachillerato en el proyecto “Relatos de vida, yo te cuento y tú me cuentas” de Armando Montealegre Aguilar, en el que a partir del enfoque biográfico-narrativo se abordaron aspectos biográficos de estudiantes para facilitar el trabajo con la experiencia humana (Montealegre Aguilar, 2010). Estos ejercicios, aunque con otras poblaciones, permiten dar cuenta del poder psíquico-social que pueden tener la lectura y la escritura a partir de la reflexión emocional de las personas, por ello, si la lectoescritura tiene tales alcances en la dimensión individual, este estudio planteó desarrollarse a partir de la dimensión social de las participantes en tanto que su contexto social es atravesado por la violencia y marginación. Metodología
La hipótesis planteada fue que la lectura y la escritura colectivas hacen posible la reflexión y concientización respecto a los factores positivos y negativos que intervienen en los procesos de empoderamiento y sororidad entre mujeres rurales de Santa María Chiconautla en Ecatepec, Estado de México; al leer y escribir en comunidad, las mujeres se empoderan y desarrollan la sororidad entre ellas. Se diseñó el círculo de lectura y escritura “Letras Habladas” cuya metodología no se limita a la escritura tradicional (alfabética) sino que se expande al dibujo, pintura, costura, maquetación o cualquier otra manualidad como forma de escritura y narrativa, a partir de la cual se cuente una historia. Al privilegiarse la voz alta, Letras Habladas se diseñó para la constante conversación y reflexión grupal entre participantes por lo que se estructuró de la siguiente manera:
Una vez que se permitió cualquier tipo de narrativa, los ejercicios y actividades se diseñaron para que fueran relacionados con las lecturas, con el fin de permitir un espejeo de realidad entre las participantes. La selección de las lecturas tuvo tres ejes primordiales: 1) que fueran accesibles, en cuanto a lenguaje, para las mujeres rurales y para cualquier participante que no tuviera ningún hábito de lectura, 2) que la literatura fuera cercana al contexto social de las participantes y 3) que fueran escritas por mujeres. La unidad de análisis comprendió, primero, por una evaluación de jueces en la que seis mujeres que han trabajado en áreas rurales y tienen estudios profesionales de posgrado, asumieron un proceso fenomenológico en el que al participar tuvieron el rol de una mujer rural para valorar la calidad y la confiabilidad del método sugerido. Se realizaron dos cuestionarios de diagnóstico. El primero fue aplicado antes de iniciar los círculos de lectura y escritura en una visita domiciliar a cada participante consistió en 68 preguntas que se organizaron en nueve secciones, estas fueron:
El segundo cuestionario se aplicó al finalizar el taller con el objetivo de conocer cómo percibieron las participantes Letras Habladas como experiencia emocional y social. Se confeccionó un “Manual de participantes” en el que se recabaron todos los datos del círculo de lectura y escritura, es decir, escrituras, reflexiones íntimas, dibujos y demás realizados alrededor de los temas. Además, se tomaron fotografías de las maquetas y pinturas que se realizaron dentro del taller y se grabaron en audio, con autorización de las participantes, las conversaciones y reflexiones grupales. Resultados Cuadro 2. Categorías temáticas
*Lista ordenada por recurrencia de aparición de mayor a menor. Fuente: Elaboración propia. A partir de estas categorías se buscó comprender cuál es la influencia que estas tienen en cómo viven las cotidianidades las participantes, conectando sus discursos orales y escritos con las respuestas que dieron en los cuestionarios previamente aplicados. Trabajo y cuidado doméstico El ejercicio de escritura consistió en describir su rutina diaria y darle a cada quehacer doméstico un valor económico según lo que ellas consideraban justo, de acuerdo con el esfuerzo físico y emocional que implicaba realizarlo, al finalizar, las participantes tendrían que sumar la cantidad total y conversar a partir del costo que cada una otorgó a su trabajo. Cuadro 3. Valor del trabajo y cuidado doméstico según participantes
Fuente: Elaboración propia. Aunque fue sugerido un valor monetario por cada actividad, las participantes adjudicaron el valor según lo que consideraban adecuado, por lo que, aunque en todas las descripciones de las participantes hay más de 10 actividades, algunas consideraron que estas no tenían un valor monetario ya que se hacían por obligación o cariño a los hijos. Al mencionar en voz alta los valores de su trabajo doméstico y de cuidados, las participantes iniciaron una reflexión a partir de los diferentes valores que dieron a a las actividades y que fue motivo de cuestionamiento respecto al trabajo que realizan en casa: “Yo ni sabía que se ganaría porque nunca había ganado dinero a menos que trabaje en una casa, pero por lo único que me han pagado es por hacer tortillas, pues ojalá me lo pagaran, pero nadie me paga eso en el día”. Si bien esta conversación se centró en la vulnerabilidad económica que sufren, permitió también abrir una conversación en torno al deber ser respecto al trabajo y cuidado doméstico:
Sus discursos, exponen una idea preconcebida sobre el deber ser de las mujeres y el rol que deben ejercer en el espacio familiar, que es impulsado y difundido por los discursos de los AIE[4] para promover la desigualdad y discriminación de género, tanto en espacios familiares como públicos. Parte de estos discursos se expresan en el machismo interiorizado y del cual las participantes dan cuenta:
Si bien, es a partir del diálogo que se vislumbran discursos de los AIE y la relación que tienen las participantes con la comunidad, se permitió una reflexión individual y colectiva en torno a los trabajos de cuidado que dan cuenta de la posición que tienen las mujeres en sus comunidades, mostrándola, así como una relación compleja que esta influenciada por las imposiciones del deber ser. Maternidades A partir de la conversación en torno a las lecturas las participantes reflexionaron respecto a lo que piensan ellas mismas sobre el tema, lo que dio cuenta de que la lectura no sólo permite un espejeo de realidades que lleva a la reflexión íntima del contexto propio, sino también, que cuando ésta es una lectura acompañada y comentada, abre un espacio de empatía en el que además de sentir acompañamiento respecto a situaciones que creían únicas (desesperarse por los hijos o sentir culpa de no cumplir bien el rol de madre), se piensan e imaginan alternativas para cambiar esas realidades y se cuestiona el estatus quo.
Aunque los comentarios refieren a una escena de Casas vacías que puede considerarse violenta, en tanto que el personaje de la madre insulta y baña bruscamente al bebé, en las participantes causó risa y alivio en tanto que se sintieron reflejadas en algún momento de sus vidas, causando así una especie de liberación de culpa colectiva que si bien no las eximía de ser violentas en algún momento si les permitía sentirse acompañadas en el error. En los discursos de las participantes se encontró como una constante la preocupación por los hijos y el deber ser de madres que deben ejercer, a partir de sus propios sentires como mujeres fuera de su maternidad, algo que en relación con las respuestas en los cuestionarios hace dar cuenta de la exigencia que sienten las madres desde los espacios íntimos, familiares y sociales.
En cuanto a la posición de las participantes como hijas exponen la carga de trabajo y cuidado doméstico sobre las madres, lo que demuestra que el ejercicio de tales actividades, desde la obligación y explotación de su tiempo dedicado sólo a éstas, influye en el estado de ánimo de las madres, así como en la forma en que se relacionan con los demás.
Asimismo, la conversación en torno a las lecturas y escrituras permitió la reflexión respecto a la división sexo genérica en la asignación de trabajos y tareas en el hogar, que no sólo impide el desarrollo personal y empoderamiento de las mujeres al quitarles tiempo para sí mismas y sus gustos personales, sino también, influye en la crianza de las hijas e hijos.
Se observó además que la dinámica de Letras Habladas permite a las participantes hablar en los límites entre la ficción de las lecturas y la realidad de sus experiencias, lo que puede motivarlas a jugar con estas fronteras al hablar de experiencias que les son difíciles de contar:
Puede notarse que, aunque la participante comienza hablando de la experiencia en tercera persona, pasa a contarlo en primera persona. Aunque esta experiencia pudo haber sido difícil de aceptar y contar a otras personas, la dinámica del taller permitió a la participante desahogarse y admitir días después que la mujer de quien se trataba era ella misma y no su vecina. Ya que las lecturas mostraban distintas perspectivas de la maternidad, los ejercicios de escritura individual y colectiva se diseñaron también para narrar desde lo íntimo hacia lo social diferentes dimensiones de cómo viven la maternidad las participantes, esto aunado a la conversación, hizo visible que el círculo de lectura y escritura es un espacio que permite a las participantes hacer catarsis y sanar desde lo colectivo hacia lo íntimo. Migración y conflicto social Figura 1. Segundo ejercicio de escritura “Qué llevaría si migro a otro país” Las escrituras permitieron observar la relación que tienen las participantes con la comunidad, mostrando así lo que les gusta o no de esta, así como las cosas relacionadas a ésta que le causan conflicto, haciéndose evidente la violencia: lo cual demuestra además de inseguridad, el cambio de hábitos en la rutina de las personas que habitan la comunidad. Violencia de género Figura 2. Técnica rompehielo “Aquí me duele cuando…”
Como lo muestra la figura 2 (marcado con tormentas), las participantes señalaron el pecho, la garganta, la cabeza, las vías respiratorias y el corazón, se mencionó también la opresión en el pecho. Indicaciones que permiten visualizar la relación que tienen las mujeres con sus cuerpos ante el dolor emocional y la somatización de estas. En cuanto a la percepción de las participantes de la violencia de género en sus vidas, se preguntó primero si consideraban haber sufrido en algún momento este tipo de violencia, luego de ello se pidió que marcaran las situaciones que habían padecido.
Cuadro 8. Tipos de violencia de género
Como puede observarse en los cuadros anteriores, las respuestas a ambas preguntas dan cuenta de que, si bien las participantes tienen una noción respecto a lo que es sufrir violencia de género, hay situaciones que por su cotidianidad, se han ido normalizando hasta no considerarse como violencia contra las mujeres, ya que, aunque no todas respondieron afirmativamente al ser cuestionadas sobre si han sufrido violencia de género, todas marcaron al menos un tipo de esta violencia que han padecido. Al considerarse un tema de mayor vulnerabilidad respecto al contexto social de las participantes, la sesión se dedicó sólo a la lectura del libro No te mueras por mí de la ONG peruana Vida Mujer, en dos tiempos. Sin modificar la estructura de Letras Habladas, en ambos tiempos se pidió a las participantes que asumieran el rol de una mujer anónima de quien sólo sabían habían recibido una carta, a partir de la lectura de la carta ellas tendrían que imaginar y escribir cuál era el contexto, porqué hubo un conflicto y decidir si perdonaban a la persona que envió la carta o no. En el segundo tiempo se leyó la segunda parte del libro, que muestra las consecuencias que trajo para las mujeres el haber dado una segunda oportunidad a la persona que les envió la carta pidiendo perdón después de haberlas violentado. Los ejercicios de lectura se orientaron a imaginar alternativas para evitar los abusos luego del primer acto de violencia y alternativas de resiliencia luego de sufrir algo así. La conversación a partir de las actividades de lectura y escritura abrió paso a reflexionar en torno a sus propias experiencias como mujeres ante casos violentos, y cómo viven a partir de esa alarma constante en relación con su comunidad y sus relaciones personales:
Si bien estas expresiones expresan una especie de aceptación lamentada respecto a la discriminación y violencia de género, se observa también la identificación de las herramientas utilizadas para violentar a las mujeres (la manipulación), lo que podría sugerirse como el primer paso para modificar una dinámica violenta, ya que desde la empatía y acompañamiento se reconocen tales problemáticas y se permite la catarsis, ambas cosas presentes en el taller permitiendo así que entre participantes compartieran experiencias propias:
Aunque la experiencia compartida no representa una forma física de violencia directa, permite dar cuenta de las cargas emocionales y mentales que deben considerar las mujeres al realizar actividades cotidianas y cómo estas se proyectan y trasladan en la vida de las niñas cuyas vidas no se desarrollan con libertad ante la amenaza de la violencia machista y patriarcal. Al finalizar la sesión se pidió a las mujeres, como técnica de cierre, que identificaran y señalaran en su cuerpo las partes de él en el que sienten la valentía ante un conflicto, resultando el corazón, la mente, la voz, las manos, el estómago y las relaciones familiares, elementos que las participantes ubican en relación con su cuerpo y la valentía, demostrando también que las relaciones familiares son imprescindibles en el desarrollo personal ya que pueden inhibir o impulsar el empoderamiento. Figura 2. Técnica de cierre “La valentía en mí está en…” Ausencias / duelo En los discursos puede observarse la importancia de las relaciones familiares y filiales, mostrando así la empatía que se genera a partir de las lecturas y reflexiones colectivas que se realizaron, no sólo hacia los personajes de las lecturas sino también entre las mismas participantes. En cuanto a la relación con el cuerpo, las participantes refirieron a ésta desde la reflexión de la somatización de sus dolores emocionales ante el peligro de la ausencia sin revolver, en tanto que viven en un contexto en el que las desapariciones no les son lejanas: Uno más de los ejercicios de escritura consistió en la imaginación de un escenario en el que ellas están ausentes, por lo que, además de escribir cómo y cuál sería ese escenario, narraron cómo desean que se les recuerde y con qué objetos. Figura 3. Maqueta de ofrenda, La sarcástica Figura 4. Maqueta de ofrenda, La mamá superhéroe
Yo quisiera que donaran mis órganos y que me cremaran, no quisiera que fueran personas que no se llevan conmigo, porque nada más te van a fisgonear. Ante sus discursos y reflexiones se puede observar que hay, como en todos los temas, preocupación por las relaciones familiares que tienen, así como un deseo y disposición por cuidarles física y emocionalmente. En relación con la comunidad, se encuentra el deseo por seguir las tradiciones con las que crecieron, así como tener presentes las comidas que más les significan emocionalmente. Al terminar la sesión se pidió a las participantes referir a los momentos o sensaciones que las hicieran sentir vivas y con esperanza, ante lo cual refirieron de nueva cuenta a sus relaciones filiales y familiares, la convivencia con la naturaleza y las comidas. Discusión Figura 5. Categorías temáticas. Fuente: Elaboración propia. Se demuestra que la relación con la comunidad es el eje que atraviesan todas las categorías y a través del cual estas se socializan e influye en cómo las personas viven sus experiencias emocional y socialmente y que, como menciona Daniela Cerva, cargan el peso simbólico que les es impuesto en las representaciones sociales (Cerva Cerna, 2014). Se coloca al centro de la vida de las mujeres, en tanto que a partir de cómo se socializa y se relaciona con la comunidad, experimentarán las demás categorías y tendrán libertad o represión para exponer y experimentar estas vivencias. Aunque los temas en sí son bastante amplios y merecen un estudio individual que permita ampliar el análisis del discurso en cuanto a categorías temáticas, puede observarse a partir de este estudio que las narrativas personales, permiten indagar y comprender conflictos sociales, que ofrezcan así una perspectiva más cercana a la percepción de las violencias en el país. Si bien, se trata de una red compleja que se entreteje desde el lenguaje y apunta a todas las perspectivas, en tanto que el lenguaje está presente en todos los aspectos de la vida es también a partir de la complejidad que puede comprenderse la relación entre estas y cómo actúan e influyen en la vida y experiencia de las mujeres, lo que permite una visión y metodología desde lo colectivo hacia lo individual en una relación de reciprocidad que puede motivar el empoderamiento y la sororidad. Conclusiones La escritura, sin importar si se escribe en escenarios imaginarios y ficticios o reales (incluso desde el diario), siempre que se escriba desde la postura íntima, motivará la introspección personal y el autoconocimiento, reflejando así los sentires y reflexiones emocionales de las mujeres que pueden permitir la catarsis, el cierre de ciclos, el crecimiento emocional y abrir alternativas desde la escritura para mejorar la propia realidad. Se consideró que la escritura autobiográfica o autorreferencial es una herramienta de la reflexión emocional, en tanto que en ella operan diferentes elementos, entre los que se encuentran los recuerdos y el contexto social. Al conectar ambas recuerdos y contexto social dentro de una narración se le da sentido y coherencia, desde la posición en la que se está escribiendo. Por ejemplo, una persona puede escribir sobre una anécdota que le ocurrió hace 15 años, y esta escritura va a partir desde cómo se mira la persona del presente hacia el pasado; hará una lectura crítica a partir de la persona que es en el presente y transmitirá en el papel una anécdota desde su presente, en el cual se podrá responder a cosas que no comprendió en el pasado, o dará sentido y coherencia a la anécdota según la reflexión que le permita la escritura. Figura 6. Proceso de escritura autobiográfica o autorreferencial Aunque no se pueden afirmar acciones concretas que potencien el empoderamiento de las participantes a partir del círculo de lectura y escritura, ya que la duración del taller no duro lo suficiente para concretar tales acciones, se puede observar que las actividades diseñadas específicamente para éste, al estar dirigidas y enfocadas a objetivos planteados, permitieron la reflexión en las participantes, que desde el autoconocimiento, de seguir realizando por su propia cuenta o de ampliar la duración del taller, les puede facilitar el proceso de empoderamiento, en tanto que se visualizan, tanto desde la lectura como de la escritura, perspectivas a otras narrativas y realidades a las que también pueden acceder y les pueden beneficiar. Además de ello, una las acciones dentro del taller que favorecen la sororidad es la reflexión colectiva, ya que permite compartir y ser acompañada en situaciones que las otras partes comprenden desde su propia experiencia, por lo que, aunque los tiempos de reflexión colectiva funcionan bien cuando son dirigidos, podrían impulsar todavía más la sororidad si se les dedica más espacio en el taller. Otro resultado positivo del ejercicio de Letras Habladas es la exposición de problemáticas sociales que permiten comprender subjetividades detrás de fenómenos actuales dentro de la vida cotidiana, tales como la ruralidad disminuida, la organización social detrás de las policías vecinales y el fenómeno de los perros rateros, que dan muestra, en este caso, de los cambios de reorganización social a partir de la crisis de inseguridad. Figura 7. Resultados expuestos en Letras Habladas, a partir de los discursos de las participantes La investigación pudo mostrar que la hipótesis planteada es correcta, pues a partir de los procesos de escritura y lectura en el taller se hizo posible la reflexión emocional y concientización respecto a factores positivos y negativos que intervienen en el empoderamiento de las mujeres. Se concluye que la lectura y la escritura autorreferencial o autobiográfica practicada desde las fronteras de lo real y lo ficticio permiten hacer procesos de catarsis y reflexión emocional, además de mostrar una perspectiva íntima de los conflictos sociales a través de los cuales se estructuran las historias que se narran, esto, contribuye a las ciencias sociales para comprender fenómenos sociales desde las subjetividades y la memoria. Por último, se debe mencionar que, si bien los estudios feministas han expuesto desde distintas perspectivas la violencia de género y feminicidio, es imprescindible conocer cómo estos actúan como moderadores en la vida de las mujeres, siendo el feminicidio un agente ominoso que obliga a modificar la vida en torno a la posibilidad de ser víctima de éste o conocer a alguien que lo sea, lo que es solamente posible a partir de los discursos de las mujeres. Referencias Carrión, L. (2019). Laguna de Chiconautla: barrios pobres, ricos negocios - Pie de Página. Pie de Página. https://piedepagina.mx/laguna-de-chiconautla-barrios-pobres-ricos-negocios/ Cerva Cerna, D. (2014). Participación política y violencia de género en México. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, 117–140. COESPO. (2017). Proceso de urbanización en el Estado de México Una vision cuantitativa. Gobierno del Estado de México. Gordillo, A. G. (2013). La identidad: explorando la emergencia de un concepto complejo. En Identidades en perspectiva multidiscilplinaria Reflexiones de un concepto emergente (1o Edición, pp. 17–34). UNAM. Huerta, C. (2007, julio 25). Tiradero de Chiconautla, convertido en depósito a cielo abierto, acusa Ecatepec | La Crónica de Hoy. https://www.cronica.com.mx/notas/2007/313836.html INEGI. (2021). Distribución. Estado de México. Información de México para niños. http://cuentame.inegi.org.mx/monografias/informacion/mex/poblacion/distribucion.aspx?tema Montealegre Aguilar, A. (2010). Estrategias para desarrollar oralidad, lectura y escritura Relatos de vida, yo te cuento y tú me cuentas. Colección Aula Alegre. Petit, M. (2008). El arte de la lectura en tiempos de crisis. Oceano. NOTAS: [1] De acuerdo con entrevistas realizadas en la comunidad [2] Con una sobrepoblación del 200% y ataques continuos alrededor del penal en conflicto con el interior[3] Aunque en el Plan de Desarrollo del Municipio (2019-2021) especifica que sólo se recibe basura del mismo, muchos años atrás se ha documentado, en múltiples ocasiones, que recibe también basura del área conurbada de la Ciudad de México y los estados de Puebla y Morelos (Huerta, 2007). [4] Aparatos Ideológicos del Estado.
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